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La usurpación de los derechos de Manuel Gago en 1946 por parte de Editorial Valenciana

Me he tomado la libertad de transcribir una de la secciones de la página web dedicada a Manuel Gago García que su hijo Manuel Gago Quesada ha actualizado recientemente. Ni que decir tiene que es un lugar indispensable para los seguidores del añorado dibujante.

Manuel Gago dibujaba "El Guerrero del Antifaz" para la Editorial Valenciana en 1946 desde hacía ya tres años. En cuanto el editor se dio cuenta de que había negocio para mucho tiempo, decidió registrar la creación de mi padre a su nombre, el de Juan Bautista Puerto Belda, así que ni corto ni perezoso, acudió a la oficina de patentes y marcas y registro "El Guerrero del Antifaz" y un dibujo del personaje como de su propiedad. Esta felonía condicionó para siempre toda la actividad de Manuel Gago como dibujante, y afectó muy negativamnete también a su ámbito personal, en un modo que no voy a explicitar para que no se ofendan determinadas personas, si bien no merecen tal consideración por mi parte.

Reconozco haber sido muy reiterativo con este tema de la usurpación de sus derechos de autor, por lo que no me voy a extender. Si alguien quiere tratarlo más a fondo, que entre en el foro de esta web y le contestaré allí.

En el pasado, me referí con detalle exhaustivo en varios artículos que me publicó el diario Levante, de Valencia, y en una página web que tenía yo hace tiempo. Publiqué en ella un relato que titulé "Una historia espeluznante", que fue recogido por muchos foros y blogs de diversos aficionados al cómic.

Pero no sólo le fueron usurpados sus derechos de autor. También las páginas originales de sus colecciones nos fueron expoliadas a sus herederos, por parte de ambas editoriales para las que mi padre trabajó, Valenciana y Maga. Las de Valenciana, muchas de ellas, las más valiosas, permanecen escondidas, se sabe de un individuo cuyas iniciales son JLA que tiene muchas de "El guerrero del Antifaz", y de otras colecciones importantes. Otras muchas han sido subastadas ilegalmente con la ayuda incluso de organismos oficiales, que se han encargado de blanquear estas operaciones pisoteando los derechos legítimos y legales de cinco ciudadanos, cuyos nombres son Manuel, Miguel, Ana, María Luisa y María Teresa. Sin ir más lejos, la Biblioteca de San Miguel de los Reyes, de la Generalitat Valenciana, tiene unas 2.500 páginas originales de mi padre, que los herederos de éste no les hemos cedido. Por la ley de propiedad intelectual vigente, tendríamos que habérselas cedido. Hace pocos meses, mi hermana Marisa y yo escribimos al Director o Directora de dicha biblioteca preguntando sobre esa irregularidad y pidiendo explicación de la misma, y como el lector de estas líneas puede imaginar, dada la idiosincasia de nuestros representantes políticos, ni siquiera se han dignado a contestarnos. Allá ellos y su desfachatez, que cuando menos se lo esperen, verán denunciada en prensa.

Manuel Gago Quesada 2010