Se trata del segundo "tebeo" más histórico del panorama español (tras el propio TBO) y su historia está íntimamente ligada a la de la Editorial (Gato Negro / Bruguera), siendo su columna vertebral hasta mediados de los años 60.
Pulgarcito nacía en 1921 como "Periódico infantil de cuentos, historietas, aventuras y entretenimientos", publicado por la entonces editorial El gato negro (más tarde Editorial Bruguera), siguiendo el éxito de la revista que dió nombre al cómic en España. Tenía 8 páginas y un tamaño de bolsillo; las cubiertas y páginas centrales iban en bitono, el resto en tinta negra. Su forma era básicamente texto con algunas ilustraciones, mientras el contenido eran fábulas o pequeñas historias de humor, mezclados con algo de actualidad. En suma, un semanario de entretenimiento típico de la época.
1922 sería un año crucial para Pulgarcito. Como otras publicaciones, subiría a 10 céntimos... ¡Por Real Decreto! En el nº 9 ya había alcanzado una tirada de 50.000 ejemplares y en ese mismo año duplicaría sus páginas a 16, incluyéndose también por primera vez, historietas de aventuras. Al final de ese año se anunciaría el primer almanaque, para 1923. Al calor de la popularidad de Charlot en el cine, este personaje se convirtió en protagonista de una historieta de humor en los años 20, dibujado por Donaz.
Además de las historias, destacaba entonces por sus artículos. Entre los redactores y escritores destacaron Tomaseti, Joaquín Arquer, Tosti, Marta Vives o Miguel Balaguer. De los dibujantes, se puede citar a Arlet Clapera, Donaz, Moreno, Niel, Pla, Robert, Vinaixa y Urda. En 1925 llega el color a la portada.
En los años 30 Pulgarcito se convertirá en un cómic como lo entendemos actualmente. Aumenta el tamaño, aparecen los personajes fijos o series, se prodigan las historias cortas de aventuras y sobre todo, se multiplican los bocadillos o globos para los diálogos de los personajes. La publicación se orienta más hacia el humor y Laurel y Hardy ("el Gordo y el Flaco"), estrellas del cine, lo serán también de la revista. En 1935 se introducen concursos para los lectores, los cuales incluyen publicidad de marcas comerciales.
Con el estallido de la Guerra Civil, el semanario se adentra en una etapa oscura. En 1936 la editorial es incautada por un comite de colectivización cenetista -aunque sería devuelta en 1937- pero los contenidos sólo cambian un poco, con la inclusión de historias propagandísticas típicas de tiempos de guerra o que Stan Laurel y Oliver Hardy aparecen vestidos de milicianos. Llega la escasez y en 1938 perdería el color en las cubiertas por el bitono y finalmente sin color. Siguen colaborando Niel, Donaz, Mestres, Moreno y Urda.
Tras finalizar la Guerra Civil, Pantaleón Bruguera, uno de los hermanos propietarios de la editorial El gato negro, la renombra a Editorial Bruguera. Mientras su hermano Francisco, oficial republicano, pasa un tiempo en campo de concentración. Esta situación y otras, como la escasez de papel, la falta de permisos para publicar y la falta de dibujantes, motivan que sólo salgan 8 números de Pulgarcito entre 1941 y 1944, repitiendo contenidos de los primeros años de la publicación. La editorial se apoyó económicamente en cualquier tipo de trabajo de imprenta para sobrevivir.
En este periodo se cimentan las bases del imperio Bruguera. Se incorpora el periodista Rafael González a un gran número de tareas de dirección, iniciando la búsqueda de autores. Se reincorporan Urda y Escobar, y entran otros inexpertos como Cifré, Iranzo y Peñarroya, o muy jóvenes, como Nadal, Vázquez, Ayné, Conti, García, Schmidt, Jorge y Sabatés.
Pulgarcito nacía en 1921 como "Periódico infantil de cuentos, historietas, aventuras y entretenimientos", publicado por la entonces editorial El gato negro (más tarde Editorial Bruguera), siguiendo el éxito de la revista que dió nombre al cómic en España. Tenía 8 páginas y un tamaño de bolsillo; las cubiertas y páginas centrales iban en bitono, el resto en tinta negra. Su forma era básicamente texto con algunas ilustraciones, mientras el contenido eran fábulas o pequeñas historias de humor, mezclados con algo de actualidad. En suma, un semanario de entretenimiento típico de la época.
1922 sería un año crucial para Pulgarcito. Como otras publicaciones, subiría a 10 céntimos... ¡Por Real Decreto! En el nº 9 ya había alcanzado una tirada de 50.000 ejemplares y en ese mismo año duplicaría sus páginas a 16, incluyéndose también por primera vez, historietas de aventuras. Al final de ese año se anunciaría el primer almanaque, para 1923. Al calor de la popularidad de Charlot en el cine, este personaje se convirtió en protagonista de una historieta de humor en los años 20, dibujado por Donaz.
Además de las historias, destacaba entonces por sus artículos. Entre los redactores y escritores destacaron Tomaseti, Joaquín Arquer, Tosti, Marta Vives o Miguel Balaguer. De los dibujantes, se puede citar a Arlet Clapera, Donaz, Moreno, Niel, Pla, Robert, Vinaixa y Urda. En 1925 llega el color a la portada.
En los años 30 Pulgarcito se convertirá en un cómic como lo entendemos actualmente. Aumenta el tamaño, aparecen los personajes fijos o series, se prodigan las historias cortas de aventuras y sobre todo, se multiplican los bocadillos o globos para los diálogos de los personajes. La publicación se orienta más hacia el humor y Laurel y Hardy ("el Gordo y el Flaco"), estrellas del cine, lo serán también de la revista. En 1935 se introducen concursos para los lectores, los cuales incluyen publicidad de marcas comerciales.
Con el estallido de la Guerra Civil, el semanario se adentra en una etapa oscura. En 1936 la editorial es incautada por un comite de colectivización cenetista -aunque sería devuelta en 1937- pero los contenidos sólo cambian un poco, con la inclusión de historias propagandísticas típicas de tiempos de guerra o que Stan Laurel y Oliver Hardy aparecen vestidos de milicianos. Llega la escasez y en 1938 perdería el color en las cubiertas por el bitono y finalmente sin color. Siguen colaborando Niel, Donaz, Mestres, Moreno y Urda.
Tras finalizar la Guerra Civil, Pantaleón Bruguera, uno de los hermanos propietarios de la editorial El gato negro, la renombra a Editorial Bruguera. Mientras su hermano Francisco, oficial republicano, pasa un tiempo en campo de concentración. Esta situación y otras, como la escasez de papel, la falta de permisos para publicar y la falta de dibujantes, motivan que sólo salgan 8 números de Pulgarcito entre 1941 y 1944, repitiendo contenidos de los primeros años de la publicación. La editorial se apoyó económicamente en cualquier tipo de trabajo de imprenta para sobrevivir.
En este periodo se cimentan las bases del imperio Bruguera. Se incorpora el periodista Rafael González a un gran número de tareas de dirección, iniciando la búsqueda de autores. Se reincorporan Urda y Escobar, y entran otros inexpertos como Cifré, Iranzo y Peñarroya, o muy jóvenes, como Nadal, Vázquez, Ayné, Conti, García, Schmidt, Jorge y Sabatés.
Información de todas las etapas Pulgarcito principalmente extraidas de: "Cuando los cómics se llamaban tebeos", Antoni Guiral, 2004.